Ana Murillo busca un milagro para su hija. Foto DEM-Wilson Urbina

Entre gestos de alegría, sonrisas y lágrimas feligreses nacionales y extranjeros visitaron la cripta en Catedral Metropolitana de San Salvador, donde se encuentran los restos de monseñor Óscar Romero, para “incrementar la fe”, algunos con peticiones específicas y otros para celebrar que a pocos días será canonizado.


El silencio con el que permanece la cripta, acabó con las entonaciones de cantos y declamación de poemas hechos por los mismos visitantes, que llegaron con familiares y amigos, en busca de un buen recuerdo.




La cripta será decorada con gallardetes por el movimiento Cultura Romeriana. Foto DEM-Wilson Urbina

Claudia de Villalobos originaria de México y perteneciente al movimiento Apostolado de la Cruz, afirmó sentirse alegre de llegar por primera vez a la tumba que resguarda el cuerpo de monseñor Romero a quien en su país admiran por sus “sentimientos de velar por la justicia”, y se identifican por tener situaciones de sufrimiento como en El Salvador; agregó que durante su viaje dará un taller sobre espiritualidad de la cruz.


“Monseñor Romero quería que el movimiento viniera antes, pero no se pudo, ahora estamos en su cripta y cumpliremos con la misión del espíritu”.


Las horas pasaron y la cripta conformada de una escultura que representa los cuatro evangelios, recibió a decenas de feligreses que cerca de ella, lloraron por sus peticiones, Ana Murillo, viajó desde Soyapango, para rogar por algo en específico, “mi hija está muy enferma, se le ha detectado una bacteria en el cerebro y sé que monseñor Romero ayudará para que su salud mejore”, explicó que en otras oportunidades ha puesto la vida de su familia en las manos del beato y que él las ha sanado.